“Héctor merece ser reconocido por lo que es”

A 15 años de la desaparición de Héctor, Ixchel le sigue buscando y visibilizando hasta donde puede.

Héctor Armando Tapia Osollo cumplió 15 años de desaparecido el 19 de junio pasado. Fue sacado de su casa frente a su esposa por sujetos armados que se identificaron como Policías Federales y desde entonces nada sabe de él.

Su esposa Ixchel Teresa Mireles Rodríguez le sigue buscando y en estos tres lustros ha tenido que luchar contra la indiferencia de las autoridades de procuración de justicia y la falta de una política adecuada de reparación del daño.

“Cuando se llevaron a Héctor yo no sabía que la gente desaparecía, lo que sí sabía es que aquí en la región estaba muy feo el tema de las fiscalías, ya veíamos cuerpos colgados”, comparte.

Mireles destaca que su esposo era gerente de una constructora,  director regional de obra con el número 562 del Colegio de Ingenieros Civiles de La Laguna, además de perito constructor del estado de Coahuila y Durango. 

“Yo pensé que iban a buscar a Héctor porque era gerente de una constructora, el delegado (de la fiscalía) en ese entonces me dijo que había ido al Colegio de Ingenieros Civiles y que nadie le había dicho que había un ingeniero socio desaparecido”, afirma.

Recuerda que a la mañana siguiente de lo sucedido habló con un familiar que estaba en Saltillo y sabía de temas legales por su trabajo con el entonces Obispo de Saltillo, Raúl Vera López y por eso conoció la labor de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC).

“Lo que me hizo fortalecerme en esta búsqueda fue haberme encontrado con FUUNDEC, cuando voy al Juan Gerardi y conozco a Romanita, Carmen y Claudia, ellas me dan sus teléfonos y me reciben dentro del colectivo. 

En ese momento para mí fue una explosión: ¡Cómo es posible que haya más desaparecidos! Veía a las señoras y muchachas jóvenes, en mi mente no cabía que Héctor no fuera el único que no estuvieran buscando”, comparte. 

Ixchel tiene presente que los primeros días que acudió a la delegación de la Fiscalía de Coahuila no le hicieron caso, un día se topó con quien en ese entonces era el delegado y la recibieron hasta que refirió que ya era acompañada por FUUNDEC.

“Me recibe, me escucha y dice que está todo muy peligroso, que van a venir a mi casa a tomar huellas y que les haga una reconstrucción de los hechos”.

Las semanas pasaron y no vio resultados, ni siquiera le entregaron una copia de la denuncia. Ixchel comenzó a sentir más presión cuando vio amenazado el patrimonio que ella y su esposo construyeron por años. 

“Como esposa te quedas flotando y mucha gente se acerca para hacerte mal porque nada más quieren ver qué tal mal te va”, señala.

Sin embargo, el trato en la Fiscalía no cambió y por el contrario el temor crecía por eso. Un día quien fuera delegado de la dependencia en La Laguna la pasó a su oficina y le dijo que su esposo ya tenía varios días desaparecido, lo cual acortaba la posibilidad de que siguiera vivo.

“Me dijo que a lo mucho duran tres días cuando se los llevan por información, los matan, los hacen pedacitos y los meten a tambos hasta que queda polvo. ¿Cómo sabía eso? Ahí cuando decimos que el gobierno está metido en aquiescencia por permitir y no hacer nada”, expresa. 

En agosto de 2010 el caso de Héctor fue turnado a la Fiscalía General de la República (FGR), Ixchel Mireles explica que fue debido a que las características con que ocurrió apuntaron al uso de armas de uso exclusivo del Ejército. No obstante, tampoco hubo cambios para bien en cuanto a la investigación y ella se sintió criminalizada.

“Yo no sé qué tienen en su cabeza que primero te investigan a ti y a las familias, te cuentan historias de que probablemente uno mismo lo desapareció”, manifiesta.

Ixchel piensa que la desaparición de su esposo puede estar vinculada a que en su trabajo pudo ser testigo o enterarse de algo que no debió, pues cuando se lo llevaron de su casa los hombres armados gritaron que acudieron por información y sustrajeron aparatos electrónicos del hogar. 

La buscadora asegura que este tipo de actos y sobrellevar la desaparición de su esposo han mermado su salud, además de que a la fecha no hay alguna reparación del daño de parte del Estado Mexicano por la desaparición de Héctor. Ya inició el trámite ante la CEAV Coahuila para una compensación subsidiaria y está a la espera de una respuesta.  

A 15 años de la desaparición de Héctor, Ixchel le sigue buscando y visibilizando hasta donde puede. El pasado jueves 19 de junio por la tarde, junto a sus compañeras de FUUNDEC, estuvo en el Árbol de la esperanza para recordarle. 

En esta ocasión hizo algo diferente a años anteriores: imprimió la fotografía y la ficha de búsqueda con los datos de su profesión y cargo profesional que tenía al momento de desaparecer. 

“Héctor merece ser reconocido por lo que es, a él le costó mucho ser ingeniero y fue el primer lugar de la generación”, expresa.