Fuerzas Unidas cumple 14 años de resistencia por los desaparecidos

Su principal demanda sigue siendo la búsqueda en vida de los desaparecidos y de ahí la “memoria viva” que pretenden proyectar mediante diferentes actividades.

Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y México (FUUNDEC-FUNDEM) cumple 14 años de lucha por sus familiares y amigos, pero debido al desgaste físico y económico de sus integrantes, ahora quieren crear un fondo que les permita continuar con sus labores y resistir a la indiferencia gubernamental.

Fue el 19 de diciembre de 2009 cuando un grupo de familias salieron públicamente a denunciar las desapariciones que ocurrían en Coahuila. Tres años después, el colectivo y otras organizaciones convocaron a una marcha nacional en la que se dimensionó la gravedad del problema derivado de la llamada “guerra contra el narco” que desató el expresidente Felipe Calderón Hinojosa.

Hoy la asociación representa a alrededor de un centenar de familias en diferentes partes del país. Su principal demanda sigue siendo la búsqueda en vida de los desaparecidos y de ahí la “memoria viva” que pretenden proyectar mediante diferentes actividades.

Las integrantes de FUUNDEC han realizado a lo largo de los años diversas actividades de visibilización. Foto: Luis Alberto López

Diana Iris García, madre de Daniel Cantú quien se encuentra desaparecido desde febrero de 2007, es una de las fundadoras de FUUNDEC y quien ha encabezado marchas, protestas y exigencias para la búsqueda de cientos de desaparecidos en la entidad y el país, dijo que el colectivo contará con acciones que les permitan contar con recursos para la movilidad y seguir con las actividades.

Puntualizó que desde hace algunos años adquirieron una unidad que llamaron “El Bus-cador de la Esperanza”, y esperan pronto obtener los permisos para que, además de ofrecer alimentos que generen recursos para financiar las actividades, sea un espacio de memoria itinerante. 

“Este proyecto tiene varios objetivos, el principal es visibilizar las desapariciones en el estado y generar procesos de información anónimos, e ir eliminando la estigmatización que tienen las personas desaparecidas, a la par de generar recursos de resistencia para las familias, para la movilización y  hacer memoria, sobre todo ante la falta de resultados que nos obliga a, y porque tenemos la necesidad, resistir”.

El Bus-cador de la esperanza es un proyecto de memoria itinerante. Foto: Camelia Muñoz

Otros colectivos realizan labores similares para abonar a la memoria, como es a través de bordados o libros, pero en este caso le apostarán a acciones itinerantes. 

“Son esfuerzos importantes para tener una memoria y que esta memoria sea escrita desde las familias, con la verdad de las familias y pues que al paso del tiempo quedará allí como precedente de lo que está pasando”, explicó Diana Iris.

El colectivo empezó a recibir apoyo recientemente con la venta de café realizada con la participación de cooperativas de mujeres dedicadas a la producción en Chiapas y a quienes ha acompañado Consultora Solidaria, a cargo de Michael Chamberlin.

“Se van dando estas redes de solidaridad que a veces uno cree que no existen y que a la gente no le importa. Las familias nos desesperamos de que la sociedad no es empática, pero hay que reconocer que tenemos aliados estratégicos y aliados en general, como este grupo de mujeres cafetaleras que es que cultivan y producen café en Chiapas y que por un mediador hicimos el contacto”, explicó la fundadora de FUUNDEC.

Se trata, dice Iris García, de la solidaridad de mujeres con mujeres, que con la venta de su café “aportan un pequeño recurso para seguir la lucha”. Al entretejer diversas luchas sociales se logra el apoyo en procesos de reparaciones integrales o reparación subsidiaria.

Recientemente, FUUNDEC se unió con la organización Transporte Digno de Saltillo y ofreció una degustación en una actividad en la que se recordó a las víctimas de accidentes viales, principalmente en el transporte público.

El colectivo avanza en la consolidación de un modelo de autofinanciamiento para sus actividades. Foto: Redes sociales FUUNDEC

“Estamos articulando estas dos luchas porque creemos también que, al menos en las de Coahuila, hay trabajos independientes que a la larga pues cuesta más esfuerzo tratar de que den resultados y entonces creemos que juntando las luchas hacemos fuerza y la demanda y la posibilidad de resolución sea más grande”, destacó Irias García. 

Con ello pretenden que “El Bus-cador de Esperanza” tenga más actividad en el 2024, en lo que se obtienen los permisos para que la unidad pueda operar en la venta de comida, pero por lo pronto estará presente en las acciones que lleven a cabo otras organizaciones con la intención de que prevalezca la memoria.

Otros espacios de memoria promovidos por FUUNDEC-FUNDEM

Algo que ha caracterizado por casi tres lustros al colectivo FUUNDEC-FUNDEM es la constante realización de actividades de memoria y sensibilización sobre la problemática de la desaparición forzada en Coahuila. 

El 30 de agosto de 2015 dieron forma al “Árbol de la esperanza” en Torreón. Las familias que integran el colectivo adoptaron una de las vegetaciones de la Alameda Zaragoza en Torreón, colgaron fotografías y listones con los nombres de sus seres queridos desaparecidos. 

Las integrantes del colectivo en La Laguna colocaron un nuevo “Árbol de la esperanza” este año. Foto: Luis Alberto López

El espacio se convirtió en el primer memorial de personas desaparecidas en el estado. Esfuerzos similares se replicaron en estados como Guanajuato, Veracruz, Baja California, Ciudad de México, Puebla y Sinaloa. 

En 2021, el propio colectivo adoptó otro árbol en la Plaza de Armas de Saltillo, frente al Palacio de Gobierno del Estado, y que hasta hoy sirve como un recordatorio para la autoridad sobre la enorme deuda que tiene con la sociedad.  

La iniciativa del “Árbol de la esperanza” fue replicada en Saltillo. Foto: Heridas Abiertas.

Al año siguiente intervinieron otro árbol, pero en el municipio de Arteaga, donde colocaron listones de colores para recordar a las personas desaparecidas.

Tanto en Torreón como en Saltillo y Arteaga, el “Árbol de la esperanza” representa un punto de reunión para las familias que tienen a un ser querido desaparecido o bien para las actividades de visibilización o conmemoración de su movimiento.