Caso Pablo Jared: un año, dos fiscalías y ni una línea de investigación

En entrevista, Janeth Adame, madre del joven, habla sobre las inconsistencias en las investigaciones de las autoridades de Coahuila y Durango, la opacidad de la empresa en que laboraba su hijo, el camino que los llevó a sospechar que elementos policiales podrían estar involucrados en la desaparición y por lo que comenzaron la lucha para que la Fiscalía General de la República atraiga el caso.

Fotos: Facebook Buscando a Pablo Jared Vallejo y cortesía

Pablo Jared Vallejo Adame cumple un año desaparecido. A lo largo de 365 días, su familia no ha dejado de buscarlo y enfrentado la indiferencia de dos fiscalías en una región interestatal donde las autoridades se jactan de una colaboración que mantiene indicadores bajos de inseguridad.

En entrevista, Janeth Adame, madre del joven, habla sobre las inconsistencias en las investigaciones de las autoridades de Coahuila y Durango, la opacidad de la empresa en que laboraba su hijo, el camino que los llevó a sospechar que elementos policiales podrían estar involucrados en la desaparición y por lo que comenzaron la lucha para que la Fiscalía General de la República atraiga el caso.

Fue el martes 30 de julio de 2024 cuando Pablo, de 23 años de edad en ese entonces, salió de su domicilio ubicado en el fraccionamiento La Perla de Torreón para realizar un trabajo que le encomendó la empresa donde laboraba RG (anteriormente Reyes G) que consistía en darle mantenimiento a las impresoras a una minera ubicada en Químicas del Rey, Coahuila.

No llegó a su destino, tomó otro camino y su vehículo fue encontrado calcinado horas después en el poblado El Porvenir, cerca de Tlahualilo, Durango.

El caso fue ampliamente difundido en medios de comunicación y redes sociales. Voluntarios se sumaron a la búsqueda del joven en aquel sitio donde se encontró quemado el vehículo modelo Saveiro de la marca Volkswagen color blanco con placas FL-5440-D con la esperanza de hallarlo en cuestión de horas o días.

Las primeras horas 

Janeth Adame, madre de Pablo Jared, cuenta que su hijo salió a las 8 de la mañana de su domicilio con prisa, ya que iba ajustado de tiempo.  

La última comunicación que tuvo con ella fue a través de un mensaje de voz. Le había hecho una parada en una gasolinera ubicada por Paseo del Tecnológico en Torreón y le pidió que le guardara un ticket por 200 pesos.

Fue a las 10:30 de la mañana, cuando el GPS del vehículo que manejaba Pablo dejó de marcar su trayectoria y la última geolocalización fue en aquel punto del vecino estado de Durango.

“En ese trayecto tuvo comunicación con su coordinadora. Ella le adviertió: ‘oye, vas retrasado en horas, necesitas haber salido antes’. Él dijo: ‘no, ahorita llego rápido…’ un defecto que tenía Pablo Jared es que manejaba muy rápido y yo tenía el temor de que le pudiera pasar un accidente”, comparte Janeth.

Dice que por lo que supieron después es que la coordinadora de ruta entró en una junta que concluyó a las 12:30 horas. La empleada buscó comunicarse con un ingeniero de Peñoles para saber si llegó Jared, pero fue pasada la una de la tarde cuando les dieron a conocer que no se había reportado.

“Hasta las cuatro de la tarde se comunican con nosotros para decirnos que, si no teníamos el medio de comunicarnos con Pablo Jared por otro teléfono, mas nunca nos indicaron por qué, ni para qué”, recuerda Janeth.

La hermana de Pablo Jared, que antes fue coordinadora de ruta en esta compañía, habló con algunos empleados y le explicaron la situación.  Fue cuando la empresa notificó que hicieron una denuncia al número de emergencias 911, misma que no prosperó porque el reporte debería ser emitido por los familiares.

Por medio de esa misma compañía, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Coahuila se entrevistaron con la mamá de Jared y con base en el recorrido que hizo el joven, le pidieron que interpusiera la denuncia en la Vicefiscalía General de La Laguna de Durango con sede en el municipio de Lerdo.

Janeth Adame tiene presente que en el camino fue cuando personal de la empresa le pidió que se entrevistara con una funcionaria de la Vicefiscalía, al referir que era una persona conocida.  Sin embargo, tras escucharla en la dependencia que fue ella fue la última persona que vio a Pablo Jared en Torreón, le indicaron que no le levantarían la denuncia, sino que la tendría que interponer en Coahuila.

A las 6:30 de la tarde, la familia decidió buscarlo por su cuenta en las inmediaciones de Químicas del Rey, es decir, por el rumbo que ordinariamente el joven tenía que tomar para llegar al trabajo, sin imaginar que se pudo haber desviado por la localidad El Albia, rumbo a Tlahualilo.

Ya en la noche, ubicaron una camioneta parecida a la de Pablo Jared, pero no era. Al entrevistar a los tripulantes, también llega un vehículo de Peñoles con personas que les refirieron que “estaban buscando a un ingeniero de sistemas que nunca llegó”. Se dieron cuenta que buscaban a la misma persona, la diferencia es que ellos tenían un punto de referencia por Tlahualilo, en una zona de complicadas brechas.

En ese momento, el padre de Pablo Jared ya había obtenido la ubicación y se trasladó directo a Tlahualilo. 

Fue a hospitales y a la comandancia. Incluso, proporcionó su número de celular para recibir información para dar con su paradero y ahí es cuando comenzaron los intentos de extorsión, pues le llamaron para decirle que fuera a Plaza Cuatro Caminos con la cantidad de 2 mil 500 pesos.

Sin embargo,  luego de consultar la situación con una patrulla que se encontró en el camino decidió no hacer la transacción. 

Entre llamadas y recorridos a diferentes puntos, transcurrió el 30 de julio. Un policía de la comandancia de Tlahualilo les dio asilo temporal y le pidió que levantaran una denuncia de hechos en este municipio.

“Para ese entonces, el papá de Pablo Jared tuvo contacto con Federico Fernández, en ese entonces secretario de Seguridad Pública (de Coahuila)”, apunta Janeth, quien dijo que el elemento mostró apertura y disposición para atender el caso, pero tenían que emitir la denuncia en aquel estado.

Lo que parecía un trámite formal para denunciar la desaparición de Pablo se convirtió en un largo proceso en aquella agencia del Ministerio Público de Tlahualilo. Incluso, elementos de seguridad de aquel estado aseguraron que estuvieron buscando por las brechas hasta las tres de la mañana. La ficha de búsqueda fue emitida por la Fiscalía General del Estado de Durango el 31 de julio.

Ese día, elementos de diversas corporaciones de Seguridad Pública, encabezadas por el vicefiscal en La Laguna de Durango, llegaron a Tlahualilo, al parecer, para iniciar la búsqueda. Sin embargo, al ver que no se movieron, la mamá de Pablo Jared pidió apoyo a un conocido de Químicas del Rey, quien a su vez los contactó con un amigo de Tlahualilo que conocía cómo moverse en aquellas brechas.

En el camino ubicaron una avioneta utilizada para el traslado de fertilizantes agrícolas y el piloto les informó que la alcaldía de aquel municipio le solicitó que buscaran la camioneta. Logró dar con ella e incluso le tomó una fotografía que confirmó que fue incendiada. 

Cuando van al punto, cercano a las Morenas, municipio de Coahuila, elementos de seguridad confirmaron que ya fueron a la camioneta que conducía Pablo Jared y que se encontraron diversas pertenencias, incluso ya las llevaban en la unidad.

“Fíjate que mi error más grande y hasta ahora me arrepiento es que solo haya visto que bajaron eso y no decirles que abrieran la camioneta a ver qué más traía, porque hasta el día de hoy podía haber sabido si realmente quemaron a mi hijo y traían los huesos o qué traían”, comparte  la madre de Pablo Jared..

Tras la localización del vehículo, los cuestionamientos para ambas autoridades de seguridad los dos estados fueron muchos: por qué no se acordonó el sitio, por qué dejaron que contaminaran el lugar con huellas y retiraron varias pertenencias sin usar un protocolo.

Inconsistencias en las primeras investigaciones 

Entre el tres y cuatro de agosto, las autoridades ministeriales de Coahuila realizaron el peritaje a la camioneta que conducía Pablo Jared y determinaron que el incendio fue por la fricción de una llanta con la tierra, pero esto no convenció a sus familiares porque el vehículo tenía puesto el freno de mano.

El entonces fiscal general de Coahuila, Gerardo Márquez Guevara estableció que la información recabada arrojó que Pablo Jared pudo salir de la unidad, recuperó algunos objetos particulares y emprendió su camino a pie a un lugar seguro. Descartó que su desaparición estuviera vinculada a hechos relacionados con algún grupo del crimen organizado. 

Sin embargo, la desaparición de Pablo Jared se viralizó en redes sociales y fue tema de seguimiento en medios de comunicación nacionales e internacionales.

En los primeros días, grupos de personas como scouts, senderistas, ciudadanos, autoridades, familiares y amigos participaron en las brigadas de búsqueda, incluso se utilizaron drones y helicópteros.

El 24 de agosto, el papá y mamá de Pablo Jared, apoyados con la luz de una veladora, se aventuraron a revisar el interior de la camioneta. En el lado del copiloto encontraron un reloj que era el preferido del joven, así como un tenedor que llevaba con la fruta que su madre le preparó de refrigerio, además de una parte del estéreo que el chico apenas estaba pagando a plazos.

Janeth señala que a las inconsistencias se sumó que la compañía donde trabajaba su hijo no les proporcionó la sábana de llamadas o registros del celular laboral bajo el argumento de que no se habían dado cuenta que Jared había cambiado el correo electrónico vinculado al equipo.

Con las lluvias registradas a inicios del mes de septiembre, las autoridades se retiraron temporalmente del sitio, pues no había las condiciones para continuar con la búsqueda de manera segura, de manera particular en dos socavones cercanos a la camioneta ya que estaban llenos de agua. Al menos eso fue parte de lo que dijo en aquel entonces el subsecretario de Gobierno en La Laguna de Durango, Raúl Meraz Ramírez.

Se fueron las autoridades, pero los familiares mantuvieron el campamento hasta el mes de octubre, con la ayuda de una persona que les prestó unas camionetas para continuar con la búsqueda, debido a las complicaciones que se tenían para circular, pues las lluvias formaban arroyos en el sitio.

La mamá de Pablo Jared expone que, del 10 al 14 de agosto, la Comisión Nacional de Búsqueda apoyó, pero a partir del día 15, las autoridades ya no volvieron.

Más inconsistencias y resistencia de la autoridad 

Tras una discusión con un representante de la Fiscalía de Personas Desaparecidas en Coahuila, los familiares de Pablo Jared pidieron checar las cámaras de vigilancia del trayecto que tomó el joven y, al no obtener respuesta positiva, organizaron una de sus primeras manifestaciones en la Plaza Mayor para exigir la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Ejército y la Marina sin éxito.

Janeth Adame señala que de las 54 cámaras que la familia contabilizó, 32 están en Torreón y el resto del lado de Durango, pero nada más les proporcionaron las imágenes de dos: la de la gasolinera por el Paseo del Tecnológico y el segundo son dos fotografías de su paso por el TSM.

“Ellos argumentan que como Pablo Jared no traía las placas visibles, no las portaba donde debía, sino que las traía por dentro, la función del C4 era identificar el vehículo con placas”, refiere.

En el caso de Durango, la autoridad les proporcionó material cerca del poblado de Gregorio García, donde ubican el paso de una patrulla 10 minutos antes de que cruzara Pablo Jared.

Hasta el mes de septiembre, la familia obtuvo el GPS de la unidad de la empresa que fue solicitada a la matriz que lleva el registro de estos datos con sede en Chihuahua, pero no coincidió en algunos aspectos con la información parcial que obtuvieron de los celulares de Pablo Jared. 

Así se pudo constatar que en el punto del TSM, Pablo Jared iba a 100 kilómetros por hora, llega al puente de La Concha, donde baja la velocidad a 60 km y pasando el retén, va a 30 a 40 kilómetros.

“Esa información le llega a la Fiscalía de Personas Desaparecidas de Durango, el lic Carlos (Burciaga) dijo que no los podía proporcionar, pues como no sabía inglés, no se los puedo interpretar”, señala Janeth Adame, quien exigió esa información que constató en los registros históricos del mes de mayo y junio los patrones que seguía el joven para sus recorridos y que el día de su desaparición rompió.

 La hipótesis de desaparición forzada 

En octubre de 2024 circuló en Facebook una publicación que señaló a elementos de la Policía Municipal de Francisco I. Madero como responsables de una agresión policial a Pablo Jared y que supuestamente habría muerto poco después en los separos de la misma corporación.

Al saber de estos mensajes, cuenta Janeth Adame, procedieron con realizar una investigación propia de lo ocurrido y confirmaron que personajes mencionados en la publicación sí existen y tendrían vínculos con la corporación municipal, además de que encontraron que una ambulancia sí accedió en la fecha señalada a la cárcel municipal sin llevarse a nadie. 

“Yo me di a la tarea de investigar… batallé, créeme que batallé porque mi hija y yo vimos la ambulancia tal como dice el mensaje (en un video). Sí ingresó una ambulancia a la comandancia de Francisco I. Madero, descienden de la ambulancia los que la manejaban, pero nunca subieron a nadie”, narra.

Derivado de esto es que la familia optó por solicitar la intervención de la Fiscalía General de la República para atraer el caso de la desaparición 

Ante estos hechos y los antecedentes de filtraciones similares en el pasado por otros casos de desaparición, el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila emitió un comunicado en solidaridad con la familia de Pablo Jared y exigió la investigación de la publicación digital. 

“Esta publicación nos hizo recordar que, en el 2014, también en una página de Facebook… se subió información de nuestros seres queridos desaparecidos. Pedimos al entonces Procurador de Justicia de Coahuila Homero Ramos Gloria y al Subprocurador de Personas Desaparecidas Juan José Yáñez Arreola, que realizara las investigaciones correspondientes”, expusieron.

Denunciaron que a más de 10 años de que ocurrieron situaciones similares en Francisco I. Madero, la autoridad ministerial continúa con las mismas omisiones.

“Hoy vemos con mucho temor que las prácticas sistemáticas de la Fiscalía siguen realizándose. Se pierden evidencias, no se realizan diligencias en los primeros momentos que ayuden a una investigación seria que arroje datos para la pronta localización de Jared, es decir, que continúan igual que cuando iniciamos”, añadieron.

A la fecha, según Janeth, las publicaciones siguen vigentes en Facebook y la autoridad coahuilense no ha procedido con su investigación cibernética.

La familia fue asesorada por el Centro de Derechos Humanos “Fray Juan de Larios” para interponer un amparo ante el Segundo Juzgado Federal con sede en Torreón para que la dependencia federal interviniera ante las constantes omisiones y errores de las fiscalías de Coahuila y Durango.

El caso de Pablo Jared también llegó a la ONU, pues derivado de las irregularidades en la investigación el Comité contra la Desapariciones Forzadas de este organismo internacional emitió la Acción Urgente 1891/2024.

Luego de esto la Secretaría de Gobernación exigió una nueva búsqueda a las autoridades locales.

Janeth dice que cuando Federico Fernández Montañez asumió a finales del año pasado la Fiscalía General del Estado tuvo un encuentro con él para dar seguimiento al caso y la presunta participación de elementos de seguridad municipales.

“Yo le dije a Federico: ‘te pido con el corazón en la mano no culpables, solo dime dónde está mi hijo, porque aquí involucra policías y a mí no me va a alcanzar la vida para escarbar y buscarlo”.

La búsqueda continúa

El pasado 14 de enero fue el cumpleaños 24 de Pablo Jared, pero fue el único año que su familia no celebró. Hicieron una misa y un recorrido por el trayecto que el joven tomó por última vez y del que se tienen registros para recordarlo.  

Hoy a un año de su ausencia la lucha de sus seres queridos continúa pese a la indiferencia de dos fiscalías y las comisiones de búsqueda. En ese marco realizaron otra manifestación, pero en esta ocasión en la desviación de la carretera Torreón-San Pedro con el ejido Albia y tienen programada una misa por la tarde.

A 12 meses de la desaparición de Pablo Jared, además de que las autoridades no lo han encontrado, hay más familias desintegradas por la ausencia. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas marca que entre el 30 de julio de 2024 y el 29 de julio de este año han desaparecido 163 en Durango y 80 en Coahuila.