La Carbonífera no olvida y nuevas generaciones buscan cambiar narrativa del carbón 

Al área donde se realizaron las primeras siembras se le llamó “Inexplicable”, ante la sorpresa que causó ver los primeros resultados con cosechas de legumbres en una tierra donde nadie se atrevía a realizar cosas diferentes que no fueran extraer carbón.

Fotos: Página web Familia Pasta de Conchos

Coahuila.- De ser una tierra donde el riesgo de morir se percibe por el dicho popular de que un minero dedicado a la extracción de carbón tiene muchas posibilidades de no regresar a su casa vivo, las nuevas generaciones le apuestan a recuperar el lugar que los vio nacer al demostrar que se pueden sembrar diversos productos.

En el marco de los 18 años que se cumplen del siniestro en la mina Pasta de Conchos, en San Juan de Sabinas, el cual dejó a 63 mineros atrapados de un total de 65 muertos, una parte de la población lucha por la reconversión de los colores del negro del mineral y lo rojo que se deja al morir los trabajadores por inundaciones, como ocurrió en El Pinabete en agosto del 2022, o por desplomes o explosiones que han dejado a muchos con daños físicos.

David Nicolás Navarro Alvarado es uno de los muchos alumnos en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Coahuila (CECYTEC), ubicado en la comunidad de Barroterán, que buscan que el color verde prevalezca en los hogares con los viveros con los cuales las familias puedan producir sus propios alimentos. 

En su familia hay varias personas que se dedicaron a la extracción del carbón en minas diversas, así como en los pozos y cuevas que operan sin las medidas de seguridad, algunas de las cuales se encuentran en la misma situación desde hace años y por ello el riesgo es inminente.

Sin embargo, al igual que sus compañeros, rechaza seguir con la tradición familiar y en su lugar se enfocan en mejorar su entorno y conseguir otras oportunidades con la construcción de viveros, el primero de los cuales se ubicó en dicha institución educativa y se espera que el proyecto se reproduzca en otras espacios y diversos hogares para el autoconsumo.

Este tipo de proyectos involucran no solamente a los estudiantes, pues también a maestros y padres de familia interesados en que sus hijos no continúen en las tareas de extracción del carbón que ha dejado más de 3 mil mineros fallecidos en diferentes eventos, además del daño al medio ambiente y la afectación en la salud de los trabajadores dedicados a esta rama de la actividad productiva.

La extracción del carbón provocó daños de diferente índole en las comunidades de Cloete y Agujita donde se realizaba la tarea de manera ilegal y clandestina. Tan solo en la presente administración federal de Andrés Manuel López Obrador han muerto 27 mineros en Coahuila, según registros de la organización Familia Pasta de Conchos.

“Debemos de explicarles de lo que se trata para que nos apoyen. Yo nunca pensé en andar extrayendo carbón y por eso creo que es necesario construir las alternativas para que podamos dedicarnos a otra cosa”, explicó el joven.

En la página de Familia Pasta de Conchos se establece que el programa está denominado como “Sembrando transición” en lo que han llamado “zona de sacrificio” y en la cual no se castiga la muerte de los mineros o las afectaciones a su salud.

“Este modelo es insostenible y los próximos años apuntan a ser desoladores debido, las dos cargas eléctricas a las que se le suministra gran parte del carbón que se extrae, terminarán su ciclo de vida en menos de una década y no hay transición energética”, precisa la organización de las familias de los mineros.

Es por eso que la historia de los viveros data desde el 2022. Al área donde se realizaron las primeras siembras se le llamó “Inexplicable”, ante la sorpresa que causó ver los primeros resultados con cosechas de legumbres en una tierra donde nadie se atrevía a realizar cosas diferentes que no fueran extraer carbón.

Al inicio la organización había logrado obtener chile piquín. Ahora han diversificado la producción con tomate, cilantro, repollo, brócoli, chayote, calabaza, maíz y lechuga.

Las labores han implicado también que los estudiantes y la comunidad en general participen con la recolección de casi dos mil botes de plástico que han servido para hacer “las camas” que serán el espacio de la siembra.

“Aquí se involucra toda la comunidad”, aseguró la directora del plantel, la maestra Leticia García Olguín, mientras que el asesor  Jesús de la Torre Cantera explicó que ellos desconocían cómo hacer que los espacios de la escuela tuvieran vida a través de la siembra, pero lograron concretar el proyecto.

La directora afirmó que se trata de actividades que han permitido mejorar las relaciones en la comunidad y con la experiencia que han obtenido, desarrollarán otros más que lleven a los jóvenes a tener una preparación con la cual se diseñen planes de cuidado y mejoramiento de la zona.

Aunado a eso, la organización Familia Pasta de Conchos se ha vinculado con asociaciones como Conexiones Climáticas e Iniciativa Climática de México, con quienes llevaron a cabo la creación de dos huertos y la instalación de un sistema fotovoltaico.

David Nicolás aseguró que una vez concluidos sus estudios seguirá impulsando en la comunidad que la gente realice tareas que le permitan no depender de la industria del carbón, porque junto con sus compañeros espera ejercer otra profesión para ponerla al servicio de la sociedad.

“Está cambiando la idea de la forma cómo conseguir un empleo y dejar la minería, porque es algo de alto riesgo y además ahora está paralizada la actividad. Lo haríamos apoyados en la experiencia que hemos ganado”.

La Carbonífera no olvida a sus mineros y tampoco la exigencia de justicia

Elvira Martínez Espinoza, integrante de la organización Familia Pasta de Conchos, señaló que actualmente la Región Carbonífera está paralizada tras el cierre de la mina 7 de la empresa Minerales Monclova y la 9, en Barroterán y Sabinas, respectivamente.

Refirió que su hijo decidió no continuar con el trabajo en las minas y pozos de donde se extrae el carbón, pero sí existen muchos más que no tienen otra posibilidad más que ingresar a los pozos irregulares, debido a que la Región Carbonífera ha sido abandonada por las autoridades y no se apuesta a haya otras actividades productivas.

“Aún hay quienes tienen ese amor y esa pasión por la minería. Creo que a las nuevas generaciones, a los chicos de ahora que tienen 12 años en adelante, es mejor hablarles y decirles que no miren esa opción como trabajo”, indicó.

Elvira consideró que los jóvenes van a terminar por irse de la Región Carbonífera para buscar otras opciones de empleo, en virtud de que las maquilas tampoco son una opción por los salarios tan bajos que pagan.

“Las maquilas no te dan para vivir ni te dan para sostener una familia entonces creo que la gente y las nuevas generaciones de los hoy adolescentes van a tener que migrar cuando sean grandes porque no veo que los gobiernos, principalmente el del Estado, pongan sus ojos en esta región y presenten opciones. La verdad es que estamos muy abandonados y yo dudo que hasta el nuevo gobernador Manolo Jiménez Salinas haga algo”, precisó.

En la explosión de la mina Pasta de Conchos quedó atrapado hace 18 años, Vladimir Muñoz, esposo de Elvira, cuando sus hijos: un hombre y dos mujeres eran unos niños. Ella junto con otras viudas y madres de los trabajadores denunciaron ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que el Estado Mexicano violentó el derecho a la vida de los mineros, además de que mantienen una lucha constante contra el olvido del siniestro y que se garanticen medidas de no repetición.

Sin embargo, Elvira es una de las que se opone a la construcción de un memorial, porque el Gobierno Federal ha dado prioridad a esto en lugar del rescate de los cuerpos de los mineros o propiciar las condiciones para que no haya más muertos en minas irregulares.

Insistió que la Región Carbonífera no es un lugar que interese a las autoridades, ya que desde hace meses que se encuentran cientos de personas sin empleo al haberse cerrado las minas más importantes de la zona y la lavadora de carbón está sin operar desde hace mucho tiempo.

“Me llena de impotencia ver cómo los trabajadores están olvidados porque nadie les responde porque ahora que están las empresas cerradas o en paro no reciben su sueldo ni sus ahorros y entonces están a la espera de que haya una solución y pues la verdad no hay otras fuentes de empleo más que irse a los pocitos o irse a lugares más lejos de la Sierra donde está la mina La Encantada”.